La presentadora expresó el deseo de un mundo donde las oportunidades, el respeto y la comprensión sean equitativos para todos
Tal como se había anunciado, en la mañana del pasado martes se llevaron a cabo los actos que se habían programado para el día 1 del presente mes de diciembre para conmemorar el denominado Día del Discapacidad y que fueron aplazados por las inclemencias del tiempo.
Allí, en el Recinto Ferial y sus alrededores, las organizaciones que habían acudido montaron sus puestos donde exponer las manualidades realizadas por sus afiliados. En primer lugar, se realizó la puesta en escena, llena de colorido y sonido, del cuento “El hada Magenta”, representado por los alumnos del Colegio Cruz de Mayo, lo cual hizo las delicias de jóvenes y mayores.
Después, llegó el momento de leer el Manifiesto, para lo cual el alcalde de la ciudad, Manuel Serena, pronunció unas palabras donde agradeció a las numerosas personas que se habían acercado hasta allí para estar presentes en este emotivo acto, antes de dar paso a la presentadora María Ángeles, una mujer de 55 años, originaria de Agramón que, desde los 22 años y tras un desgraciado accidente de automóvil que transformó por completo su existencia, quedó obligada a desplazarse en silla de ruedas. Afirmó que el apoyo incansable de los servicios de rehabilitación y de su familia le habían permitido enfrentarse a las adversidades con valentía y determinación.
En la actualidad, reside en la Residencia de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca y llegaba a este momento para leer este manifiesto en representación de las personas con discapacidad.
María Ángeles agradeció, en primer lugar, la comprensión y el trato igualitario que reciben diariamente de las personas con las que conviven con sus limitaciones, mostrando al mundo que son capaces de superar cualquier obstáculo.
“A pesar de los desafíos a los que me enfrento a diario, me siento profundamente feliz en esta residencia, donde encuentro apoyo y comprensión, y una sensación que alimenta mi espíritu”, indicó.
Más adelante, aseguró que, aunque a veces su memoria le falle, gracias a la asistencia que recibe de sus cuidadores, quería recordar que tener esta situación no era motivo para la compasión o la lástima, sino una oportunidad para demostrar su resiliencia y facilidad de adaptación.
Abrazar la diversidad
“Actuamos con fe y bondad para que nuestra discapacidad se llene de prosperidad. Por eso, en este Día de la Discapacidad, animó a todos a abrazar la diversidad, entender que la diferencia no es un obstáculo sino un valor que enriquece nuestra sociedad. Debemos trabajar juntos para construir un mundo donde cada individuo sea valorado por sus habilidades y potencialidades, así como por sus limitaciones.
Hoy, celebramos la perseverancia y la fuerza de quienes, como yo, viven con discapacidad. Sigamos construyendo un mundo donde la igualdad de oportunidades y el respeto sean iguales para todos”, concluyó.
Ya para terminar el acto y después de entregar Manuel Serena un regalo a Javier Honrubia, unas baquetas para tocar la batería, instrumento que maneja con mucha solvencia, se organizó un pequeño baile para el disfrute de los presentes.
