Vecinos y visitantes reclaman su recuperación como zona de paseo, deporte y observación de la naturaleza
La Laguna de los Patos, uno de los enclaves naturales más recordados por los hellineros, presenta hoy un aspecto que dista mucho del lugar cuidado y frecuentado que fue en otras décadas. Aunque la presencia de espuma y olores ha remitido, los vertidos procedentes del colector parecen producirse de forma no continua, con días en los que el agua vuelve a presentar residuos y mal olor.
Más allá de estos episodios, la imagen general es la de un espacio abandonado y sin mantenimiento regular. Las vallas metálicas están oxidadas y rotas, los miradores construidos para la observación de aves se encuentran inutilizados por la vegetación, y los accesos muestran una proliferación de cañaverales y maleza que dificulta el paso y desluce el entorno.
Antiguos folletos municipales describían este humedal como un refugio de fauna declarado en 1988, donde podían observarse ánades reales, somormujos, garzas o fochas entre carrizos y espadañas. También era un punto habitual para actividades de educación ambiental con escolares y visitas familiares.
Hoy, apenas se observan aves y el paisaje ha sido engullido por la vegetación. Vecinos y visitantes coinciden en que la Laguna podría volver a ser un espacio atractivo para caminar, correr o disfrutar de la naturaleza, si contara con una mínima intervención de limpieza, desbroce, reparación de vallas y recuperación de miradores.
La recuperación de este enclave —situado a pocos minutos del casco urbano y con un gran valor ecológico y social— sigue siendo una asignatura pendiente para Hellín y una oportunidad para reconciliar a la ciudad con uno de sus paisajes naturales más simbólicos.




