Con el otoño de 2015, a las páginas de EL FARO DE HELLÍN llegaba, en forma de colaboración, un maravilloso regalo, un regalo que firmaba Sol Sánchez, una hellinera de la diáspora, pero con fuertes ataduras a nuestra ciudad, que con sus artículos semanales fue dando realce a nuestra publicación y atrayendo, con su prosa fluida, tierna y directa al corazón, a un tropel de lectores.
Mari Sol, como todos la llamábamos por aquellos entonces, no era nueva en el campo de la comunicación, yo personalmente la recordaba de hace muchos años- no voy a echar cuentas-, y aunque la conocía de verla en la imprenta de su padre en los tiempos del HELLÍN COMARCAL, no había tenido casi trato con ella, fue verdaderamente en la redacción de Radio Luz de la Cadena Rato, una emisora pionera en Hellín, que dirigía Paco López con entusiasmo y maestría, donde hacía sus primeros “pinitos” como redactora y locutora, cuando fui entablando mis primeros contactos.
Allí, en aquel pequeño locutorio leía mis colaboraciones, que aún en los originales que conservo se puede ver su nombre en los espacios que tenía que leer sobre un trabajo que hablaba de la historia de Hellín a través de las publicaciones. Después dejé de tener noticias suyas durante muchos años, hasta que a través de internet retornaron los contactos, primero leyendo con admiración sus artículos y más adelante forjando una amistad de la que me siento muy satisfecho.
Ahora Sol, el próximo viernes, nos va a presentar su primer libro, ese libro tan deseado por el que tanto ha luchado, que llega con el sugerente título de “Cuentos al Calor del Otoño en Hellín”. Una recopilación de algunos de sus muchos escritos, que tiene como eje vertebrador nuestro pueblo y sus gentes que trata con un cariño especial, algunos de los cuales hemos tenido el placer de publicar en las páginas de EL FARO DE HELLÍN.
En la última parte, Sol deleita, más si es posible, con una relato, que por sí solo hubiera merecido un volumen aparte, que titula “Pasado y Presente…” donde da suelta a su incontenible imaginación en una narración llena de alicientes que seguro que enganchará a los lectores como me ha pasado a mí, llevándonos en un viaje hacia el pasado que desemboca en la Navidad de 1983.
Un pequeña odisea acompañada de una amiga, que se inicia en el antiguo refugio, construido durante la Guerra Civil, en un extremo del Rabal, debajo de la calle Gracia, donde se recrea en recorrer un Hellín de hace 30 años.
Con sus palabras nos vuelve y envuelve en un Hellín de sus años de juventud, donde van pasando lugares y cosas, que para la mayoría serán conocidas y también entrañables.
Pero no voy a contar nada más. Ahora es el momento de adquirir el libro y leerlo. Verán como tengo razón.
