Durante el pleno celebrado hoy en el Ayuntamiento de Hellín, el Grupo Municipal Socialista ha decidido no participar en la votación sobre la propuesta de renombrar el Recinto Ferial de la ciudad como “Recinto Ferial Virgen del Rosario”. Esta propuesta, presentada por el Partido Popular y Vox, ha sido duramente criticada por los socialistas, quienes la califican como un acto de “revanchismo político” destinado a eliminar el nombre del exalcalde Baldomero Marín, que actualmente lleva el recinto.
El portavoz socialista ha subrayado que su grupo nunca se ha opuesto, ni se opondrá, a cualquier homenaje o reconocimiento a los patrones de Hellín, como la Virgen del Rosario o San Rafael, ni a la colaboración institucional con sus respectivas cofradías. Sin embargo, ha acusado a los partidos proponentes de utilizar esta iniciativa como una excusa para borrar el legado de Baldomero Marín, un alcalde republicano, del patrimonio municipal.
“Lo que están haciendo es una utilización política de uno de los símbolos más queridos por los hellineros, buscando la confrontación y la división en nuestra sociedad”, afirmó el portavoz socialista durante su intervención. También expresó su preocupación por el impacto que esta decisión tendrá en la familia de Baldomero Marín, comparándolo con lo que sentiría cualquier otra familia si un alcalde futuro decidiera eliminar el nombre de un ser querido de una calle o institución pública.
El Grupo Municipal Socialista ha criticado además el proceso seguido para presentar la moción, señalando que no se ha cumplido con los procedimientos establecidos en el Reglamento de Honores Municipal y que la decisión se ha tomado sin buscar el consenso con los demás grupos políticos.
Finalmente, y en un acto de coherencia con sus principios, el Grupo Municipal Socialista optó por no participar en la votación. “No podemos votar a favor de retirar el nombre de Baldomero Marín del recinto ferial, ni en contra de que lleve el nombre de la Virgen del Rosario”, explicó el portavoz, destacando que esta decisión es una forma de mostrar su rechazo tanto a la motivación política detrás de la propuesta como al proceso seguido para imponerla.
Con esta retirada, los socialistas buscan subrayar la importancia de la empatía y la necesidad de evitar políticas divisivas y revanchistas en la gestión municipal.
