Agotó las entradas en su concierto en la Plaza de Toros
Sin duda el concierto de De Marco, que se llevó a cabo la noche del pasado jueves en la Plaza de Toros de nuestra ciudad, ha sido uno de los acontecimientos de más tirón popular de los últimos tiempos. El cantante sevillano, que hace unos meses era un autentico desconocido, un currante repartidor de botellas de butano, como el mismo reconocía, se ha convertido en un verdadero fenómeno social, que arrastra, con su cante aflamencado, verdaderas masas de adolescentes y menos adolescentes.
De Marco, antes de iniciar su actuación, mientras los chicos de “El Niño de las Calcetas” entretenían, con muy buen tono, al personal impaciente, que llegó incluso a pedirle una canción más, tuvo la gentileza de atender a los medios de comunicación, para explicar, en primer lugar, que para todos , él el primero había sido una verdadera sorpresa el éxito obtenido con solo el primer disco sacado a la calle en el mes de marzo, y ya llevaba , con la de Hellín, noventa actuaciones.
Un currante que repartía botellas de butano
El cantante hablaba de la satisfacción que era para su persona, que su música llegará a todo el mundo, no solo a los más jóvenes; que él era “un currante más” que le había llegado el momento, lo había aprovechado, y allí estaba cumpliendo su sueño.
También recordaba que en su pueblo Utrera la gente decía “el hijo de Marco que bien canta” y de allí salió su actual nombre artístico, también aseguraba que aún se estaba “aclimatando” a las aglomeraciones, pero que todo el equipo lo llevaban muy bien.
Después se refería a la actual fusión entre el cante flamenco con otras música modernas, señalando, que se podían acoplar muy bien. Una idea que le había gustaba a todo el equipo, se había atrevido y el resultado allí estaba.
Por último se refería a lo que había pasado en Hellín, con el aluvión de ventas de entrada que había obligado a los organizadores a doblar el número y cambiar el concierto a la Plaza de Toros que, por cierto, presentaba un aspecto impresionante.
