En la presentación de la asociación que lleva su nombre
En la tarde de ayer, y en un salón de actos de la Casa de la Cultura completamente lleno, se llevó a cabo la presentación de la Asociación Cultural Escultor José Zamorano, que un grupo de personas han fundado con el fin primordial de reivindicar su figura y rendirle un continuo homenaje, por su meritoria obra.
Fueron los encargados de conducir el acto el concejal de Bienestar Social, José E. Pinar, y Belén Valenciano, en un escenario sobriamente adornado, donde iniciaba las intervenciones, Pedro Lencina, uno de los responsables de esta iniciativa y presidente de la asociación, que no dejó de valorar los méritos del escultor, al que calificó como uno de los artistas más importantes nacidos en Hellín.
Lencina añadía que uno de los proyectos más importantes de su asociación era la rehabilitación del Molino, donde vivió y trabajo José Zamorano, y que conservaba una importante serie de recuerdos y obras inéditas, con las que se podría poner en valor su trabajo al hacerlo visitable como casa-museo. Unos cambios que, reconoció, necesitarían un importante aporte económico que esperaba conseguir gracias a la generosidad de los hellineros.
Durante sus palabras se fue proyectando un emotivo video del año 2.000, y más adelante otro más reciente y un trabajo fotográfico con algunas instantáneas inéditas, donde se reflejaba las distintas etapas de su vida y la elaboración de algunos de sus trabajos, conducido por las palabras de Ángel Cabezuelo.
El acto lo cerró el alcalde de la ciudad, Ramón García, recordando su época como presidente de la Cofradía del Ecce Homo, cuando solía acudir al Molino, donde, matizó, en sus palabras siempre encontró un poso de amargura al notar falta de cariño y valoración en muchos de los habitantes de la ciudad.
El alcalde, tras matizar que por lo general siempre se hacen los homenajes póstumos, este era obligatoriollevarlo a cabo y él, como alcalde de la ciudad, estaba dispuesto a apoyar cualquier iniciativa de esta asociación para poner la figura de José Zamorano en el lugar que merecía.
