Francisco Carreño deja la presidencia en manos de José María Pérez
En la noche del pasado jueves, en el restaurante El Asador de nuestra ciudad, se llevaba a cabo una cena de hermandad de socios del Club Rotario, como preámbulo del cambio de collares entre Francisco Carreño que deja el cargo, al haber transcurrido su año de mandato, y el recién llegado José María Pérez.
Miguel Martínez, que ejerció como Macero o Maestro de Ceremonias, fue el encargado de dar amplias de explicaciones sobre el funcionamientos de los Clubes Rotarios, uno de los movimientos humanistas, donde los fines primordiales, apuntó, eran llevar a cabo proyectos sociales para fomentar el bienestar del ser humano como podía ser ante catástrofes tales como la guerra, el hambre y las enfermedades, y como ejemplo recordó la lucha contra la poliomielitis que habían sido casi extinguida, donde los clubes Rotarios habían colaborado eficazmente.
Por su parte, Francisco Carreño solamente citó algunos de los actos que se habían llevado a cabo durante este año de mandato, destacando la presencia de los socios durante la visita de la Reina Sofía a la residencia de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca.
En su turno, José María Pérez, después de elogiar la elocuencia de Miguel Martínez, habló de su primer proyecto que consistiría en estrechar relaciones con el cura párroco apuntando que “si el Papa Francisco se había hecho rotario porque el párroco no” para así tener más facilidades a la hora de pedir su colaboración teniendo en cuenta que en el templo de la parroquia de la Asunción, sus cristaleras estaban en mal estado y habría que renovarlas.
Terminaba pidiendo la colaboración de sus compañeros para poder llevar adelante su mandato.
