Como seguro dirían un tanto por ciento elevado de los vecinos del centro de la Gran Vía y aledaños, hartos de aguantar durante 10 días esa mezcolanza de ruidos, la mayoría estridentes, que hacía muy difícil, por no escribir imposible, dormir o simplemente descansar como se necesita.
Pero como paradoja a esta situación, uno de los mayores protagonistas de este evento festivo fue, sin duda, el Teatro Victoria, alejado del Recinto Ferial, donde la llamada “crónica rosa” presentó a dos personajes de muy distinta condición y circunstancia, arrastrando a un buen número de hellineros a ocupar sus asientos y poner el cartel de “No hay billetes”.
Primero llegó la veterana vedette, Bárbara Rey, rodeada de una expectación inusitada, nada prevista, que la hizo acaparar la atención de los medios de comunicación en este tema que tantos adictos incondicionales arrastra.
Su “affaire” con el rey emérito, Juan Carlos, hizo de Hellín un punto clave de este vergonzoso pasaje y lo colocó en el centro de todos los comentarios. Nunca el nombre de nuestra querida ciudad se había visto tan repetido en las pantallas de los televisores, en las llamadas redes sociales y las revistas del “corazón”.
El otro evento, sin ningún tipo de comparación, fue el homenaje a Hilario López Millán, fallecido hace unos meses, y que llevó a centenares de hellineros a dedicar un sentido espectáculo a su memoria.
Otra protagonista fue la alta temperatura, lo que llamamos “el buen tiempo” que, en esta ocasión, nos brindó la madre naturaleza, haciendo que la gente se lanzase a la calle, llenase las terrazas de los bares y zonas preparadas para este evento y acudiera a los espectáculos, que los hubo de variado tipo y condición. A los más jóvenes les entusiasmó el grupo murciano “Viva Suecia”, por eso la llamada Zona 0 se llenó con más de 4.000 espectadores que disfrutaron de lo lindo.
También el veterano Francisco consiguió un importante éxito, ya que fueron 1.300 las personas que acudieron a oír sus melodías, aunque este éxito tenga que repartirlo con la Unión Musical “Santa Cecilia”, que goza de gran aceptación en la ciudad.
Un punto negativo en este somero recuento es, sin duda, la suspensión del festejo taurino después de necias vicisitudes que tuvieron como principal protagonista al primer edil, Manuel Serena, que después de asegurar que Hellín no prescindiría de su tradicional corrida de toros, tuvo que dar marcha atrás, tragarse sus palabras y dejar a los aficionados sin uno de los alicientes de la Feria. La culpa: el empresario, Juan Reverte, y los responsables de las retransmisiones taurinas de la Televisión de Castilla-La Mancha. “Siempre que haya chiquillos que lo paguen…”
De cualquier forma, este es un tema que no está cerrado y aún dará que escribir.
También los fuegos artificiales que señalaban oficialmente el inicio y final de los festejos han tenido sus críticas negativas señalándolos como poco vistosos y faltos de continuidad, nosotros, ante nuestra falta de conocimiento, lo dejamos en una simple referencia.
De todas formas, la formidable tormenta que estalló en las últimas horas del día de propina de la Feria, el lunes 7 de octubre, precisamente la fecha de celebración de la patrona de la ciudad, la Virgen del Rosario, no ofreció un grandioso final lleno de notables ruidos y fantástica luz, fuera del alcance de ningún pirotécnico.