No podía ser de otro modo: la anunciada Feria del Vino de la DOP de Jumilla y la degustación de Arroz de la DOP de Calasparra, tal como estaba planificada, fue lo que se dice un verdadero desbarajuste. En un tramo de la Gran Vía y la entrada del Parque Municipal se encontraban montadas las casetas de las 12 bodegas participantes, sin orden ni concierto, vendiendo copas con los tiques para consumir dentro. Un detalle: al doble de precio de los años anteriores, es decir, pagando 10 euros por todo el lote y sin un sitio señalado para ir consumiendo el arroz de la DOP de Calasparra, que estaba siendo elaborado por el personal de la vecina localidad murciana, donde se formó una verdadera cola para acceder a su degustación, aguantando el calor y las moscas.
Así, se pudo ver gente que bajaba al punto de reunión con mesas, asientos y bolsas con todo tipo de aperitivos, desde gambas hasta almendras, olivas y altramuces. También es verdad que los cortadores de jamón habían ubicado un tenderete en la Gran Vía para seguir haciendo negocio, pero claro, el jamón no era nada barato y, lógicamente, casi transparente.
Con anterioridad se llevó a cabo el correspondiente canutazo, donde intervinieron los políticos, encabezados por el paisano consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Comunidades, Julián Martínez Lizán, y los responsables de ambas DOP, quienes brindaron por todo lo que fuera necesario.
Lo dicho: una actividad que tiene todos los mimbres para ser una de las atracciones más interesantes y llamativas de la Feria de Hellín, pero que merece más cuidado y una mejor organización.
