Edgar Jiménez Douglas y Sergio Cabreja nos informaron de la difícil situación de los acogidos
Durante la semana pasada recibíamos en la redacción la visita de Sergio Cabreja Azcarate y Edgar Jiménez Douglas, dos personas que como tantos otros, se encuentran en difíciles situación económica, por lo que en ocasiones no tienen más remedio que recurrir a los centros donde pueden ofrecerles por caridad, al menos el alimento básico para subsistir.
Ellos en esta ocasión habían conseguido ser admitidos diariamente al comedor social de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca, que tiene instalado en su casa de Dalila.
Allí, según nos cuenta, como respuesta a esta comida del mediodía realizaban distintas labores de jardinería, limpieza de la piscina o cuidado de la huerta.
Hasta el pasado 31 de diciembre, cuando les comunicaron que aquello se había acabado y el comedor, que solo era utilizado por cuatro personas, sería cerrado, según nos contaron, porque se desperdiciaba mucha comida.
Ahora, estas personas se buscan la vida como pueden, no siempre con mucha fortuna, y han querido venir a nuestro semanario a contárnoslo junto a otras penurias que tienen que soportar, por los distintos avatares que, aseguran, han recibido de la vida.
