Sol Sánchez
Cada dia las redes se llenan de mensajes y contenidos que, a veces me llenan de tristeza
Por eso busco cosas que me aporten un sentimiento positivo y me llenen de sensibilidad, algo dificil de encontrar.
Pero si miramos, siempre hay historias inspiradoras que empujan a escribir y contar.
Y qué maravilla poder decir que son de nuestra gente, de nuestra tierra, de nuestro pueblo.
Y eso es lo que me sucedió hace poco, cuando Lola, una paisana que vive en Isso me contactó embargada por la tristeza, para informarme que en los pasados días de Navidad su madre había fallecido.
Ella sabía que su madre me inspiraba. Y además mucho.
En ocasiones, buscando fotos por las redes, encontré por casualidad la de su madre Josefa, y me resultó tan evocadora en la que está haciendo panecicos, que la publiqué en uno de mis libros, incluso en algunos videos.
Hace unos días le pedí que me enviara más fotos, y me llegó la que os muestro llena de juventud.
Cuando la miro veo la belleza, pero también un rostro con la huella de nuestras tradiciones y costumbres.
Me conmovió su historia de lucha y trabajo para sacar adelante, sola, a sus dos hijos con esfuerzo de lunes a domingo, sin quejarse, y estoy segura de que valorando cada detalle que le sumara y sintiéndose dichosa.
Josefa, como la mayoría de nuestras madres y abuelas no conocieron más mundo que Hellin y los alrededores.
Noventa y tres años bajo el mismo trozo de cielo y las estrellas que ya eran suyas.
Entre oliveras y almendros.
Nadie mejor que ellas, nuestras madres y abuelas pueden definir a qué huelen las primaveras cuando entran a nuestra tierra hellinera.
Ni nadie guarda las auténticas recetas del amor incondicional.
Por eso creo, que no debemos permitir que vuelen sin el adiós merecido, sin el cariño de todos aquellos que las vamos a añorar, porque no hace falta que os recuerde, que con ellas se va toda una generación con identidad propia y especialmente, una generación de hombres y mujeres que lo hicieron todo por amor.
Seguiré mirando tu foto Josefa, para que me alientes, porque desde ella nos envías el mensaje de lo que de verdad importa.
Y aunque no nos llegamos a conocer…, en el momento en el que se despejen las nubes y me dejen mirar al cielo, te buscaré una estrella solo para ti y sentiré que brillas junto a nuestras madres y abuelas en el trozo de cielo, bajo en el que ahora, cada uno estamos.
Un beso grande.
