Sol Sánchez
Me gustan los héroes auténticos. Esos que no llevan capas y tampoco tienen súper poderes. Son las personas sencillas que, a veces, pasan desapercibidas pero al mirarlas a los ojos sabes que son valientes y generosas.
Francisco es uno de esos hombres distinguidos con la virtud de “lo bien hecho”, y a mí me emociona hablar de él y a la vez considero un gran privilegio haberle conocido.
Francisco vive en las Hazas, porque héroe es aquél que manteniéndose en plenas facultades y siendo totalmente independiente decide enfrentarse a todo, y marcharse junto a su señora (que padece Alzheimer) a la residencia para acompañarla, estar cerca de ella y darle todo su amor y dedicación.
Porque héroe es el que pudiendo estar en la sala en la que compartir su tiempo con personas con las que puede comunicarse sin esfuerzo, prefiere ir a la planta en la que conviven las personas afectadas de Alzheimer y pasar allí sus horas junto a ellos, recogiéndoles la manta, dándoles un apretón de manos, o jugando a las frases deshilvanadas.
¡Estoy totalmente convencida que para esas personas Francisco es mucho más que un héroe! Me encantaría conocer el adjetivo con el que ellos lo definirían, aunque debe ser un sentimiento tan elevado que las palabras jamás estarían a la altura.
Héroe es el que valora cada día intensamente, y a pesar de las adversidades no se queja de nada, al contrario, mantiene una sonrisa casi permanente en su rostro con la que agradece la suerte de vivir.
Porque héroe es el que pudiendo hacerlo, no se olvida de pasar cada día al cuarto de su esposa para darle, con toda la dosis de paciencia, una torta de manteca en la merienda y conseguir que se la coma.
Héroe es el que llegando ya a la década de los noventa, está cerca de los más jóvenes y los cautiva con sus historias llenas de humanidad, de enseñanzas, de relatos que hablan del sentido del amor, la amistad, el esfuerzo y los sueños.
Héroe es ese hombre que camina con pasos lentos, ayudado por un “andador” y llega lejos muy lejos haciendo “camino al andar…” Héroe eres tú Francisco, y muchas otras personas que como tú viven con la bandera en alto de la dignidad, con la tranquilidad de haber sembrado bondades, y no dejar en el camino asperezas y heridas que curar.
Y a día de hoy consigues que los que pasamos por tu lado te veamos y nos quedemos cerca para aprender de tu altruismo. Y te echemos de menos en la lejanía y tengamos la certeza de que hay personas que son únicas e irrepetibles. No te imaginas lo grande que es poder decirle al mundo: “Tengo un amigo que es un HÉROE” y no lleva capa, pero yo os aseguro que tiene súper poderes muy valorados: los de la generosidad y el amor.
