El Espectador
En la plaza de San Francisco, frente al convento de los Franciscano, se alza una de las mansiones más monumentales de nuestra ciudad. Conocida popularmente por la Casa Salazar, perteneció a José-Joaquín Salazar y Jaraba, casado con Elvira Ladrón de Guevara Martínez-Huesca.
La casa en la actualidad presenta un vergonzoso estado de abandono y ruina progresiva muy complicado de controlar dada la problemática situación hereditaria, que únicamente se podría contener con la intervención de las administraciones pertinentes.
Muy cerca, en la calle Eras, otra casa donde también vivieron miembros de la familia Ladrón de Guevara, concretamente Jaime Cano, sin apenas interés arquitectónico, ni patrimonial, pero en peores condiciones, si esto es posible, que la anterior, significa, por este lamentable estado, un peligro para los viandantes.
En ambos, casos es necesario una respuesta inmediata.
